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José María Pinedo (Madrid, 1973) nos sorprende en todos sus cuadros gracias a un atractivo y personal modo pictórico, cargado de imaginación cuya estructura está elaborada gracias a un firme dibujo de intención sintética y raíz postcubista, y trascendido gracias a la rica fantasía que destilan sus colores saturados. El artista madrileño acentúa los perfiles duros de sus figuras hasta convertir su propio mundo interior en una deslumbrante red de vibrantes angulaciones cromáticas.

Cierta ironía sitúa al pintor cerca de algunas variaciones del Pop Art, fundamentalmente gracias a su capacidad para reelaborar creativamente y con gran eficacia comunicativa motivos, composiciones e ideas de maestros de la pintura. Su obra, en la que la figura fuertemente quebradiza y los volúmenes muy puros, casi geométricos, tienen junto al potente color un evidente protagonismo, recoge la representación de iconos ligados mayoritariamente a nuestra pintura pasada o contemporánea.